Arquitectura ¿cómo puede mejorar tu vida?

En la actualidad, la arquitectura se considera una herramienta para el diseño y construcción de espacios que cumplan con funciones específicas. Sin embargo, en la historia de la humanidad, ha sido visualizada como un arte por los más grandes pensadores y artistas. Esto significa que tenía como fin generar edificaciones no solo con el propósito de cumplir necesidades físicas sino también emocionales e incluso espirituales. Dicho concepto se ha ido perdiendo con el paso del tiempo debido a la industrialización global, ocasionando de esta forma que ese enfoque que permitía a los arquitectos y diseñadores transmitir ideas y emociones por medio de la espacialidad monumental, iluminación impactante (ya fuera sútil o fuerte) así como acabados escultóricos y su mezcla con elementos naturales tales como agua o vegetación, se vaya perdiendo.

Hoy en día ya no se habla de la belleza y lo sublime de un espacio que un día fue directriz regente para la construcción. Basta con dar un vistazo a aquellas edificaciones del Egipto antiguo o del estilo Románico, destacando también por su teatralidad el Gótico y el Renacimiento o de los hermosos jardines japoneses del siglo XII así como las inmensas plazas públicas de la Grecia antigua. Aquellas obras de arte que despiertan nuestros sentidos, que nos hacen emocionarnos de sólo verlos o quedar impresionados por la paz que transmiten tan sólo de observarlos, ¿o me equivoco?

La arquitectura no sólo es función, es emoción.

Si bien en este siglo y aún hoy en día se siguen construyendo alrededor edificios y espacios dignos de llamar arte, resaltan por ser cada vez menos frecuentes en nuestros pueblos y ciudades. Ahora vemos repleto nuestro entorno con casas réplica, edificios suntuosos de vidrio y acero, fábricas gigantescas, plazas y parques descuidados. El arte se está olvidando y con ello la emocionalidad que se transmite para mejorar nuestra calidad de vida a través de los ricos atractivos visuales que la arquitectura puede ofrecer. La arquitectura no sólo es función, es emoción.

Es por ello que artistas como Mathias Goeritz (creador del manifiesto de arquitectura emocional) y el arquitecto mexicano (ganador del premio Pritzker) Luis Barragán, hicieron énfasis en ello siguiendo la directriz de las emociones humanas aplicadas en el arte y la arquitectura. Si bien no se antepone la belleza a la función, podemos decir que se iguala en importancia al momento de crear proyectos. Pensando desde la suntuosidad de las fachadas hasta los recovecos que evoquen a la sutileza del detalle sin perder la línea del porqué y para qué están siendo construidos los espacios.

Aunque no es novedad que se retome el tema de la arquitectura y las emociones (siempre y cuando seas arquitecto), vale la pena profundizar en su importancia a la hora de aplicar dichos conceptos al momento de visualizar un nuevo proyecto, de modo que los usuarios no sólo disfruten de un lugar funcional sino estético para su deleite ya sea de uso directo o indirecto. Aún más importante hacer del conocimiento público general, a aquellos no profesionistas arquitectos, la relevancia del tema para que sea de su entendido que la arquitectura también sirve como medio para mejorar la calidad de vida.

Tal y como lo leíste, tu vida puede mejorar potencialmente al hacer uso de espacios diseñados basados en las emociones que se generarán a través de los siguientes elementos arquitectónicos:

• Forma y diseño

• Acabados y materiales

• Orientación

• Iluminación natural y artificial

• Ventilación

• Mobiliario e indumentaria

• Elementos de la naturaleza

• Espacios y parques públicos

¿Quieres saber cómo es que cada uno afecta positiva o negativamente en tu vida?

Bueno, pues te explico a continuación. Nosotros como seres humanos tenemos una serie compleja de conexiones cerebrales que actúan de manera específica a diferentes estímulos. Dichos estímulos pueden ser de muchos tipos pero todos entran por nuestros sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto. Evidentemente el gusto no entra en las emociones que son beneficiadas directamente por los elementos arquitectónicos pero tenemos otros 4 sentidos que SI son estimulados por dichos elementos. Te preguntarás cómo y podría decirte que es simple pero no lo es, más allá de una simple forma, ventana, color o luz existe un trasfondo psicológico y sensorial que se activa para bien o para mal dependiendo de cómo esté aplicado. Si se logra un equilibrio positivo de dichos elementos, se activarán químicos como la serotonina generando la sensación de felicidad y placer.

Forma y diseño (vista)

Una forma estética causará un estímulo visual agradable y un diseño bien planificado (si importar si es un espacio grande o pequeño) causará confort físico.

Acabados y materiales (vista, oído, tacto)

Las texturas y colores que utilicemos causarán diferentes emociones por lo que deben ser aplicados inteligentemente dependiendo del tipo de espacio que estemos proyectando. Estos dos puntos no sólo funcionan como atractivos visuales, sino que fungen como anclas para la permanencia corta o prolongada. Además, de ellos puede influir directamente la cantidad de ruido que se permite dentro de un espacio.

Orientación (tacto)

¿Te has preguntado por qué en ciertas épocas del año tu casa es más fría o caliente o por qué hace tanto calor en la planta alta y frío en la planta baja? Bueno, pues es debido a cómo están ubicados los espacios de acuerdo a los puntos cardinales. Punto clave para la arquitectura bioclimática. De este punto dependen las sensaciones térmicas de nuestro cuerpo por lo que juega un papel importante en el confort físico.

Iluminación natural y artificial (vista, tacto)

Dependiendo del tipo de iluminación, nuestro cuerpo podrá sentirse más activo o más relajado. Es básico que un lugar cuente con iluminación adecuada, preferentemente con luz del sol, aunque si el diseño o las posibilidades del espacio son limitadas, se utilizará otro tipo de luz que con un análisis adecuado puede beneficiar a que se vean favorecidas las actividades del espacio.

Ventilación (olfato, tacto)

Sin una buena ventilación, no podemos lograr las temperaturas idóneas para un buen confort térmico además de generar un espacio libre de partículas que propicien al mal olor. No olvidemos que también una buena ventilación natural nos puede ayudar a reducir costos energéticos para sistemas de climatización así como ser una mejor opción para el medio ambiente.

Mobiliario e indumentaria (vista, tacto)

Una buena elección en interiorismo va a beneficiar nuestro sentido de la belleza, haciendo nuestra experiencia en el espacio mucho más agradable sumado al beneficio sensorial al contar contar con mobiliario cómodo y útil para nuestra estancia.

Elementos de la naturaleza (vista, oído, tacto)

El incluir elementos de vegetación o agua, pueden ayudar significativamente a mejorar la temperatura de un lugar, filtrar el aire del entorno para hacerlo más limpio e incluso disminuir el ruido de la ciudad.

Espacios y parques públicos (vista, oído, tacto)

Este punto es de suma importancia ya que no sólo beneficia nuestra calidad de vida por medio de nuestros sentidos, si no que también, el contar con espacios semipúblicos y públicos agradables visualmente, limpios, bien iluminados, con mobiliario urbano y conjunción con la naturaleza tiene efectos positivos en la psique humana reduciendo los porcentajes delictivos o de espacios focos para fuente de adicciones.

Ahora que ya sabes más sobre cómo la arquitectura puede mejorar tu vida, no volverás a verla igual. Es por eso la importancia de que un profesional ejecute tus proyectos, solo ellos podrán realizar un análisis a fondo que permita que todos estos aspectos se vean cumplidos y tu vida sea más feliz.

Te dejo un video en el cual podrás entender mejor porqué las cosas bonitas nos hacen felices. Video: Kurzgesagt – In a Nutshell